Kim Fowley, músico, empresario discográfico, productor y manager, ha muerto a la edad de 75 años, al no poder superar el cáncer de vejiga que padecía. Figura legendaria del rock de Los Angeles, Fowley trabajó en todos los campos posibles dl negocio musical, casi siempre manteniéndose en los márgenes de la industria. Uno de sus episodios más recordados fue su etapa como manager de The Runaways.
Fowley, de 75 años, falleció en su ciudad natal, Los Ángeles. En sus últimos días, encontró refugio en la casa de Cherie Currie, quien fuera cantante de The Runaways, un cuarteto de chicas adolescentes que él construyó aprovechando el impulso del punk en la segunda mitad de los 70 y convirtió en estrellas. Como era habitual en él, la ruptura con sus protegidas fue cruenta y pública.
Creció en el Hollywood de los años 40 y debutó como actor infantil en 1946, con seis años. Era hijo de Douglas Fowley, un actor secundario en decenas de películas, entre ellas, "Cantando bajo la lluvia". En los 50, descubre el rock´n´roll, y consigue su primer número uno en 1960 con The Hollywood Argyles. Él los fabricó, los empaquetó y los hizo famosos. Conocía las técnicas del marketing de una forma innata.
Se dice que si se suman los discos en los que ha participado, ya fuera como artista, productor, compositor, técnico o mánager, su nombre aparece en 120 millones de copias vendidas. Trabajó con Doris Day, Jonathan Richman, Cat Stevens, John Lennon, George Lucas o Ben Vaughn y compuso para The Byrds, Beach Boys, Soft Machine o Kiss.
Pero de alguna manera, se las arregló para no sacar nunca rédito económico de todo aquello, o para dilapidarlo de mala manera. Alguna vez, un ejecutivo discográfico le había dicho, “hacés grandes discos, pero nunca has producido a un gran artista”. “Aquí ya entramos en lo que cada uno define como grande. No me interesan las cosas grandes. A mí me interesa la grandeza. Y esa está en cuatro chicos haciendo ruido sin saber muy bien donde van”, había respondido.
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