martes, 13 de mayo de 2014

Nonpalidece estrena su trabajo "Activistas" en su primer Luna Park

El septeto Nonpalidece concretará el sábado su primer desembarco en el porteño estadio Luna Park para presentar su séptimo álbum y confirmar lo que su líder y cantante Néstor Ramljak presenta como un camino “transitado en pequeños pasos y con un piso sólido”.

“La banda surgió de un grupo de amigos del secundario, del barrio de Tigre, que en estos 18 años tuvimos algo muy bueno para la banda que es que no sufrimos el éxito repentino”, analiza Ramljak durante una entrevista con la agencia Télam.

En el mismo sentido, el vocalista y autor de la mayoría de las canciones de Nonpalidece, resalta que “no tenemos los pájaros volados ni nunca se volaron y eso no nos pasó porque estuvimos muy atentos a no dejarnos ganar por esos 15 minutos de fama”.

La formación la completan Agustín Azubel (saxo), Ariel Sciacaluga (percusión y coros), Bruno Signaroli (guitarra), Facundo Cimas (bajo), Germán Bonilla (batería) y Martín Mortola (teclados) y suma las presencias casi permanentes de los vientistas Adrián Meli (trompeta) y Martino Gesualdi (trombón), el guitarrista Rogerio Kuplich y las voces de Gabriela de Lorenzo y Anabella Levy.

Feliz por el presente de la banda, Ramlaj resalta que en el universo de “Activistas”, “hubo un par de canciones que prendieron, como 'Rasta nonpalidece', que tiene un beat de batería que se sale del abc del reggae”.

Mientras ataca una pizza napolitana y una cerveza en un bar reggae del barrio de Villa Crespo, también subraya que “al disco lo grabamos con dos voces femeninas con mucha presencia en los temas y en la mezcla, lo que implicó una incorporación feliz que tiene que ver con la amplitud vocal del género que veníamos trabajando poco”.

Analítico y puntilloso para describir el andar del grupo, que debutó un 21 de septiembre de 1996 en el bar de la sala de ensayo donde el entonces cuarteto se asomaba al reggae, desmonta la idea de que “Activistas” sea un trabajo cargado de referencias sociales y políticas.

“No hay algo que ligue el concepto gráfico con la lírica porque se trabajó por separado. De hecho -explica-, al diseñador se le disparó todo un concepto alucinante que sirvió para ponerle un extra a la parte gráfica, para hacerlo más atractivo y que funcione como un disparador”.

Para Néstor, “el termino activista está muy relacionado con la militancia y no sé si van exactamente de la mano. Nosotros proponemos un activismo de la buena vibración, que es hacerte cargo y ocupar el lugar que tenés día a día”, detalla.

- ¿Qué significa concretar un primer Luna Park?

- Haber transitado un camino y poder llegar a un lugar tan emocionalmente fuerte como es ese estadio y por eso lo estamos preparando con muchas ganas y le ponemos una atención especial al armado del show.

- ¿Pensás que “Activistas” y su presentación en el Luna pueden marcar un momento de quiebre en la historia de Nonpalidece?

- No creo. Si tengo que hablar de una bisagra fue “Hagan correr la voz”, un disco de 2006 que hicimos con una compañía y que nos puso en la radio de mucha gente y nos sacó un poco del gueto del reggae al permitirnos llegar a Obras.

- Sin embargo, después volvieron a trabajar de manera independiente...

- Es que no hacemos bandera de la independencia porque hemos trabajado con compañía y aunque a nosotros eso no nos dio resultado, a otra banda sí le puede dar.

- ¿Y pueden vivir de la música?

- Desde hace seis o siete años, sí. Somos privilegiados porque hemos descubierto nuestra profesión e hicimos de nuestra profesión un medio de vida y todos estamos labrurando, porque esto es una cooperativa, aunque después, en el escenario, las luces brillen sobre mí.

- ¿Eso define el carácter de Nonpalidece?

- Sin dudas. Prefiero conversar con la gente antes de que me pidan una foto. Y en nuestras constantes giras latinoamericanas nos movemos por tierra, la pateamos, nos gusta patear la calle.

- ¿Cómo funciona el sello Junko que impulsa la banda?

- Como un espacio que esperemos que crezca, porque hasta ahora solamente editamos a bandas a las que estamos ligados sentimentalmente como Cuatro varas, Contravos, el Naty Combo y Un Rojo. Digamos que funciona como un canal de expresión, pero económicamente no puede catapultar ningún proyecto ni desarrollar una banda. (Télam)

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