Swift impidió que su último álbum, "1989", apareciera en Spotify cuando fue lanzado a principios de este mes y, posteriormente, decidió retirar todas sus discos anteriores de ese servicio de streaming.
Spotify le rogó Swift que regresara, para ayudarlos en la "construcción de una nueva economía de la música que funcione para todos". "Creemos que los fans deben ser capaces de escuchar música donde y cuando quieran, y que los artistas tienen un derecho absoluto a ser pagados por su trabajo y protegidos de la piratería", dijeron. "Es por eso que tenemos que pagar casi el 70% de nuestros ingresos a la comunidad de artistas de la música".
Sin embargo, en declaraciones a Yahoo, Swift explicó su postura. "La música está cambiando tan rápidamente, y el panorama de la industria de la música en sí está cambiando tan rápidamente que todo lo nuevo, como Spotify, me parece a mí que es como un gran experimento", dijo. "Y yo no estoy dispuesta a contribuir con el trabajo de mi vida a un experimento que no siento que recompense lo suficiente a los compositores, productores, artistas y creadores de la música. Y simplemente no estoy de acuerdo con la perpetuación de esa percepción de que la música no tiene valor y debe ser libre".
Swift continuó: "Trato de tener realmente la mente abierta, porque creo que es importante ser parte del progreso, pero creo que en realidad es aún tema de debate si esto es un progreso real, o si este está quitando la palabra 'música' de lo que es la 'industria de la música'".
"Siento que le están diciendo a mis fans: 'Si alguna vez hacés música, si algún día hacés un cuadro, alguien puede entrar en un museo, tomarlo de la pared, llevárselo porque ahora es suyo sin tener que pagar por él", continuó. "No me gusta esa idea. Así que decidí cambiar la forma en que estaba haciendo las cosas".
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